Abstract
La escritura constituye una destreza compleja, puesto que demanda un profundo proceso de madurez cognitiva y, a su vez, por su carácter comunicativo necesita ser divulgativo. Igualmente, a través de la expresión escrita los estudiantes adquieren saberes y conocimientos académicos y personales; por tanto, posibilita el desarrollo cognitivo de estos. Escribir no es solo una mera habilidad motriz, implica destrezas como la organización, la expresividad y la creatividad. Podemos afirmar que el taller de escritura representa un aprendizaje significativo, de cooperación y diversión que tiende un puente hacia la literatura.