Abstract
Existe una guerra cultural que pretende la destrucción de Occidente utilizando como caballo de Troya el enemigo interno del “virus cultural posmoderno”. Se analiza el origen complejo de dicho virus, con más de una cepa, sin descartar la posibilidad de que fuera diseñado en un laboratorio. Apelando a acabar con las verdades fuertes, el “pensamiento culturalmente correcto”impone su propia verdad fuerte sin buscar acuerdo ni síntesis con quien piensa diferente. Se examinan sus principales variantes que se caracterizan por la ausencia de límites y un exceso de contradicciones que producen el aumento de la polaridad, la confusión y la fragilidad. Para contrarrestar todo ello, el artículo plantea algunas posibles vacunas en torno a la idea de un renacimiento cultural y un nuevo equilibrio entre modernidad y tradición.