Abstract
Desde su inicial estadía en Friburgo, las reflexiones levinasianas permanecieron cautivadas por la “hermenéutica existencial” y la fascinación ejercida sobre los jóvenes discípulos por el nuevo profeta de la fenomenología: Martin Heidegger. A comienzos de los años treinta, Levinas mantuvo su fidelidad a la nueva orientación frente a las acusaciones lanzadas por sus adversarios contra los ambiguos compromisos filosófico-políticos de la fenomenología alemana derivados de un presunto “misticismo de lo concreto”. Sin embargo, tras el ascenso del nazismo al poder y la adhesión de Heidegger al nuevo régimen, su inicial fascinación por aquella corriente, con su nuevo ideal de vida, casi una nueva “religión”, derivó en una revisión crítica del “campo magnético” del ontologismo heideggeriano. El objetivo del presente artículo será determinar el modo en que Levinas interpreta la nueva “patética” de la “hermenéutica existencial” y, con ello, la afinidad electiva de Heidegger con la “religión política” y “filosofía del hitlerismo”.