Abstract
El propósito de la investigación será analizar algunos textos de Ferdinand Ebner y de Emmanuel Levinas, con el fin de considerar a la persona, al mismo tiempo, apelada y libre respondiente al llamado: pasividad y actividad constitutivas de su existencia. Desde la Antigüedad, se ha considerado que la capacidad de «tener palabra» (λόγον ἔχον) es el elemento que nos distingue del resto de los animales; sin embargo, el tratamiento filosófico que recibió la noción de ‘palabra’ (λόγος, verbum), en la mayoría de las ocasiones restó el carácter dialógico, trascendente o comunitario, acentuando ¾en mayor medida¾ el carácter lógico, inmanente o íntimo de la persona. Considero que el personalismo puede volver a ser esa provocación filosófica que, a modo de gozne, ayude a reunir los polos gnoseológico y ético, tan comúnmente disociados, a través de una antropología que considere a la palabra como intimidad en apertura y comunión responsable.