Abstract
Se plantea una aproximación a las interpretaciones del fascismo de Ortega y Gasset y María Zambrano, tan divergentes como sus respectivas concepciones del liberalismo y, en definitiva, de la política. En el caso de Ortega, el fascismo sería una concreción de la rebelión de las masas, agresiva hacia la cultura y las instituciones liberales. En el caso de Zambrano, se identificaría con el nihilismo y la regresión al mito, como desenlace de un proceso arraigado en el corazón de la Modernidad e incluso el logos occidental. Ambas interpretaciones se disciernen además sobre el complejo trasfondo de las relaciones de continuidad y, al mismo tiempo, ruptura, propias del saber compartido por maestros y discípulos.