Abstract
El cometido que Deleuze asigna a la práctica del comentario no es otro que el de liberar al pensamiento del orden filosófico custodiado por la historiografía standard . Para ello el filósofo francés recurre a un determinado tipo de discurso, calificado como “indirecto libre”, capaz de ablandar los cercados en los que la Historia de la Filosofía ha confinado y arrinconado a los pensadores –y, con ellos, al pensamiento. Asimismo Deleuze destaca la existencia de un “devenir-filosófico”, el cual, a la vez que rebasa la falsa alternativa de lo eterno y de lo histórico, alumbra y anuncia una concepción nueva ( intempestiva ) de (la historia de) la filosofía