Abstract

La desconstrucción permite situarnos en los límites de la textualidad articulada desde el logos ontometafísico. Constituye de este modo, una plataforma de lectura comprensiva del lenguaje, que busca en su expresión metafórica, la nominación y renominación del ser, en una acción aplazante de su existencia, más allá de los sistemas de significación logocéntricos. En este artículo, se asume esta lectura- ímite para desplazarnos sobre un vasto campo discursivo (metafísico) con la intención de movernos hacia una exterioridad anterior al lenguaje, a la palabra que nombra a Dios, para situarnos finalmente, desde los sistemas de significación ontometafísicos, frente al Dios innombrable, manifiesto en el otro hombre que arrojado en la existencia, reclama nuestra responsabilidad respecto a su profundo y permanente estado de vulnerabilidad