Abstract
En el contexto de la ética fenomenológica de Dietrich von Hildebrand, indagamos sobre las vivencias implicadas en la acción moral y en las condiciones, tanto formales como materiales, que la constituyen en una acción moralmente buena o valiosa. En este análisis planteamos que en toda acción humana están presentes tres vivencias intencionales, a saber, la aprehensión cognoscitiva del valor, la respuesta al valor y la realización de la acción; y que el valor moral de una acción depende, principalmente, de la respuesta volitiva a un grupo especial de valores, los valores moralmente relevantes. Junto con ello, recuperamos el rol central del modelo o ejemplo moral en la educación valórica de las personas y la importancia de la imitación en el desarrollo moral de estas. Para ello, contraponemos la ética de Hildebrand a la ética kantiana. Además, reflexionamos sobre el sentido y alcance de la teoría de Hildebrand sobre las acciones inmorales, concluyendo que una acción formalmente moral (correcta) puede ser materialmente inmoral.