Emociones religiosas: fenomenología, cognición y valor
Abstract
Tener miedo del más allá, sentirse amado incondicionalmente por un ser superior, avergonzarse de la condición imperfecta del ser humano, son algunos ejemplos de emociones que no dudaríamos en calificar como religiosas. Ahora bien ¿Cómo describir su estructura? ¿Por qué llamamos a estas emociones “religiosas”? ¿Cuálos son los rasgos distintivos que sirven para diferenciarlas de las emociones “no religiosas”? En este artículo se examinan los rasgos distintivos de las emociones religiosas. Para ello, se analizan tres elementos cruciales de la experiencia emocional: su fenomenología, sus bases cognitivas y su relación con los valores. Se argumenta que las emociones religiosas poseen profundidad experiencial afectando totalmente a la persona, tienen un contenido religioso y responden a valores religiosos. Cada una de estas tres condiciones es necesaria para considerar a una emoción como religiosa, aunque por sí sola ninguna es suficiente. Son las tres condiciones conjuntas lo que explica el carácter religioso de una emoción.