Abstract
La presencia de Unamuno y Antonio Machado en la propuesta filosófica de María Zambrano invita a redefinir la filosofía primera como tarea que todo ser humano debería asumir para dar pleno cumplimiento a la llamada que, manifestándose en su interioridad, invita a hacerse cargo de la alteridad y, por eso, piedad y misericordia, a fundar adecuadamente caminos de diálogo en busca de esa verdad, que por no uniformar y sí pedir unidad, abre proyectos de verdadera comunidad: diferentes buscando fraternidad.