Abstract
El presente estudio intenta poner de relieve la posición filosófica de don Miguel frente a la “ciencia” y la “religión”. El insigne rector salmantino, al partir del hecho de que la “ciencia” no puede satisfacer las últimas inquietudes y aspiraciones vitales de la existencia humana, presentó la “religión” como único movimiento espiritual capaz de otorgar un sentido ultraterreno al hombre, irremediablemente abocado a la muerte terrenal. Su tesis podría ser condensada en la siguiente proposición: ninguna “sociedad perfecta”, sea entendida como la de Bebel o la de Kropotkine, puede ser una medicina para la muerte. Precisamente, por ello, justificó la existencia y sentido de la “religión” como respuesta más anhelada al tremendo problema de la precariedad y de la finitud de la existencia humana.