Abstract
En este artículo se atiende un problema fundamental de la filosofía de la naturaleza: ¿puede fluir el tiempo sin que existan los cambios que de hecho le acompañan? Las dos posturas antiguas más reconocidas, la de Aristóteles y la de los estoicos, se analizan en este ensayo. Por un lado, Aristóteles define al tiempo en función del cambio, de manera que su respuesta a la pregunta arriba planteada tendría que ser negativa; por otro lado, los estoicos sostienen que existen momentos en los que de hecho el tiempo fluye sin que haya cambios,, y, por tanto, el tiempo no presupone la noción de cambio. Presento aquí la siguiente hipótesis: los estoicos heterodoxos aceptaron la idea aristotélica del tiempo que presupone cambio, idea que conocen a través de Eudemo, y que les lleva a proponer cambios transcíclicos para solucionar los problemas que causa la discusión sobre la individuación, la identidad y el cambio a través del tiempo.