Abstract
Las tesis de Lévinas sobre la violencia han sido frecuentemente vinculadas con su noción de totalidad. Postulamos que si bien la violencia está en relación con la crítica a la filosofía de la totalización, no puede reducirse a ella. Mientras el concepto de totalidad refiere al ejercicio del poder y la dominación, la cuestión de la violencia remite a una situación extrema, que Lévinas vincula con el asesinato en cuanto solución final. Esto supone sostener la impotencia de la totalización frente a la absoluta alteridad del otro hombre, lo que permite pensar la relación mismo-otro bajo una nueva y paradójica lógica jurídica. Ella tiene como principio el mandato “no matarás”, y demuestra que la violencia es el verdadero problema de la ética. Sin embargo, la de Lévinas no es una ética ingenua que postularía una pura no-violencia en el origen. Siguiendo a J. Derrida y respondiendo a sus demandas, mostraremos como la ética de Lévinas puede entenderse como una violencia crítica de la violencia del asesinato