Abstract
La contingencia es para Leibniz, junto con la espontaneidad y la inteligencia, un componente esencial de la definición de la verdadera libertad, que nuestro pensador califica como uno de los problemas filosóficos por excelencia: “la cuestión de saber cómo se puede salir del laberinto, la gran cuestión de lo libre y lo necesario”. Leibniz, en diálogo con sus referentes polémicos diferenciará –siguiendo la herencia agustiniana- entre el “libre albedrío” y la “verdadera libertad” o determinación racional, a la que sitúa en un camino intermedio entre el determinismo absoluto y la indiferencia de equilibrio. La libertad de los seres racionales será para Leibniz la condición sine qua non para entrar a formar parte del el reino de la gracia, un mundo moral dentro del mundo natural en el que impera el bien común