Abstract
El fenómeno originario de la pertenencia explicita uno de los problemas fundamentales de la tradición filosófica continental: la relación cuerpo-mundo. Dicha relación se ha construido tradicionalmente a partir de la propia mismidad del sujeto (Yo) o de su corporalidad, afirmando que es porque tengo un cuerpo que puedo decir que pertenezco a un mundo. Ante esta problemática se alza una fenomenología de la pertenencia propuesta por R. Barbaras, la cual expresa la necesidad de re-pensar la concepción de la subjetividad, así como la necesidad de una inversión en la relación cuerpo-mundo a partir de la pertenencia al mundo del propio sujeto. Ahí es donde aparece el verdadero sentido y alcance ontológico de la experiencia del cuerpo puesto que tener un cuerpo no significa otra cosa más que pertenecer y la aparición sólo podrá darse desde dentro del mundo, a partir de nuestra inscripción en él. Así, la ecología corporal constituirá un ejemplo específico que muestra el alcance de dicha inversión y explicitará el parentesco ontológico entre el cuerpo y el mundo.