Abstract
Tras ser restaurado en el Vaticano II, urge entender cuáles son sus funciones propias. Los autores analizados en este estudio coinciden en que el diaconado se basa de igual manera en los tres pilares de la Liturgia, la Palabra y la Caridad. Tanto B. Elbs como C. Wessely destacan la importancia de trabajar con los pobres del mundo industrializado del siglo XXI. La jerarquía es entendida como triangular, en la que el obispo como cabeza tiene sus colaboradores en función del grado del sacramento que han recibido. El diácono permanente está llamado non ad sacerdotium sed ad ministerium episcopi. Su lugar eclesial y eclesiológico queda claro y, sin embargo, quedan todavía muchas dudas, críticas y actitudes de desconfianza hacia el diaconado. Por ello analizamos algunas publicaciones recientes, así como experiencias concretas de otro