Abstract

El deseo de superar los límites físicos y cognoscitivos, y la posibilidad de lograrlo gracias al creciente progreso tecnológico, pone en relieve un tema filosófico antiguo pero actual: el tema de la identidad diacrónica de la persona. ¿Qué es la persona? ¿A qué cambios puede sobrevivir? La respuesta a estas cuestiones repercute sobre todo en temas de bioética y escatología. Mi propuesta antropologica parte de una visión constitutiva de la persona e integra algunos elementos de la ontología relacional. El resultado es una visión antropológica llamada visión constitutivo-relacional. En esta visión, la continuidad de la persona no depende ni de la continuidad de un elemento inmaterial, ni de la continuidad del cuerpo biológico, sino de la propiedad de la persona de reconocerse a sí misma como sí misma y de su relación ontológica con el mundo. Esta propiedad no solo nos permite reconocer a la persona a través del tiempo, sino sostener que la persona es la misma a través del tiempo; esto coloca la investigación no solo en un horizonte epistemológico sino metafísico.