Abstract
Los museos han perdido visitantes como consecuencia de la COVID-19 y la ciudadanía sigue creyendo que la ciencia es aburrida. En este contexto de crisis, examinamos, mediante técnicas de análisis de contenido, la presencia de la arqueología en programas de radio y estudiamos los recursos lingüísticos que hacen a la comunicación capaz de emocionar, aumentado las posibilidades de éxito de la divulgación científica. Concluimos que la escasez de equipo humano cualificado en comunicación de la ciencia y experto en recursos para hacerla más atractiva, puede poner en peligro la recuperación de los museos como centros de ocio, cultura y conocimiento.