Abstract
Muchos problemas deliberativos son multidimensionales: los argumentos a favor y en contra de las soluciones propuestas apelan a valores que pertenecen a distintas dimensiones. Así, por ejemplo, los argumentos a favor de la propuesta de negociar para resolver el problema de un conflicto armado interno pueden apelar a la paz mientras que los argumentos en contra pueden apelar a la justicia. Esto hace posible que los interlocutores acepten las premisas de un argumento sin comprometerse con su conclusión y que lo justifiquen haciendo énfasis en las premisas del argumento contrario – “sí, una negociación reduciría el número de los muertos por violencia política, pero generaría impunidad, así que no debemos negociar”-. Si esta situación fuera insuperable, los argumentos en la deliberación nunca podrían ser válidos, nunca podrían ser tales que la aceptación de las premisas comprometiera a quien las acepta con las conclusiones. En este artículo considero algunas respuestas a este problema: las respuestas de C. Kock, T. Govier, P. Olmos y la respuesta de F. Macagno y D. Walton; señalo algunos problemas que encuentro en estas respuestas e intento resolverlos distinguiendo los casos en que es posible de los casos en los que no es posible superar el problema de la multidimensionalidad en la deliberación.