Abstract
Bajo el impulso intelectual de Nietzsche, Gracián, Ortega y Unamuno, la obra de Luis Jiménez Moreno, elaborada desde su digna humildad personal, se articula en torno a la convicción según la cual el ejercicio de la filosofía no puede independizarse de la vida cotidiana, del “hombre de carne y hueso”, de la “razón vital”, invitación diaria a la biografía creativa, innovadora, germen constante de cultura, moralidad y convivencia. Por su humilde dignidad y por su obra, a Luis Jiménez Moreno debemos una memoria justa, en la que sigan presentes su espíritu y su virtud