La evolución biológica y la naturaleza del pecado original
Abstract
La celebración del segundo centenario del nacimiento de Ch. Darwin, no puede por menos de renovar la problemática teológica, asociada a esta revolución científica. Aceptado el hecho de la evolución filogenética, incluso con respecto al cuerpo humano y al origen del hombre sobre la tierra , ello no resuelve todos los problemas, sino que los hace aparecer a partir de esa aceptación, que es, por lo demás, ineludible. Especialmente el del dogma sobre el pecado original. Algunos, para salir del atolladero, se decantan por suprimir sin más tal dogma o dejarlo de lado, olvidarlo. Es como eliminar el problema, pero sin solucionarlo. El autor cree que ese dogma es una parte innegable de la dogmática cristiana, según los cánones del Concilio Trento. Pero lo que allí se define es su existencia, la existencia de “un pecado” de origen. No se define su naturaleza. Partiendo de esto, podemos obtener una nueva visión y comprensión del dogma, incluso más positiva, y que se ajuste mejor tanto a otros dogmas de fe, como a los conocimientos que actualmente tenemos acerca del origen del hombre