In a recent article, Iris Marion Young raises several challenges to deliberative democracy on behalf of political activists. In this paper, the author defends a version of deliberative democracy against the activist challenges raised by Young and devises challenges to activism on behalf of the deliberative democrat. Key Words: activism • deliberative democracy • Discourse • Ideology • public sphere • I. M. Young.

It is often debated whether what we ought, politically, to do is determined by standards that are independent of any actual political process or whether, by contrast, judgments reached in actual democratic processes have constitutive importance in determining what we should do. This paper argues that this is not an exclusive disjunction and that, consistently with there being independent standards, constitutively authoritative judgments can enter into the truth-conditions pertaining to claims about what we ought, politically, to do. The crucial objection (...) to constitutive judgment is that it involves an unacceptable form of bootstrapping, according to which reasons arise out of nothing. To circumvent this objection, the paper deploys John Broome's notion of a wide-scope 'normative requirement'. Normative requirements affect what ought to be done without altering the balance of reasons and defuse the bootstrapping objection by blocking the derivation of all-things-considered conclusions. To show that politics involves constitutive authority of this kind, the paper defends two illustrative normative requirements applicable to the political process that give constitutive roles to political judgments of various kinds. Throughout, the discussion is enlivened by comparisons to the judgments of a baseball umpire, which have been illuminatingly discussed by Robert Brandom. (shrink)

Este artículo analiza las concepciones pluralista, deliberativa y participativa sobre la democracia que centran los debates actuales sobre el tema. Son modelos que parten de presupuestos distintos y llegan a diferentes conclusiones. Se analiza la noción de racionalidad y razonabilidad de los individuos. Y también, el concepto de egoísmo y la posibilidad del altruismo y el tránsito de la autonomía individual al autogobierno colectivo. Finalmente se propone la teoría de la voluntad y la teoría del interés para llegar a algunas (...) conclusiones. (shrink)

In the quest for a workable ideal of democracy, the systems approach has recently shifted its perspective on deliberative democratic theory. Instead of enquiring how institutionalized decision-making might mirror an ‘ideal deliberative procedure’, it asks how democracy might be construed as a ‘deliberative system’. This leads it to recommend de-emphasizing the role of parliament and focusing instead on non-institutionalized actors and communications. Though this increased emphasis is undoubtedly warranted, the importance of parliament must not be downplayed. In the debate about (...) transnational democracy – and about EU democratization in particular – it is widely held that making democracy safe for transnational politics entails finding new, non-parliamentary ways of organizing it. Here, the deliberative systems perspective may be misunderstood as offering an alternative, non-parliamentary route to transnational democracy. This article argues that a deliberative system without a parliamentary legislature is tantamount to deliberation without democracy and that an elected parliamentary legislature is constitutive of democracy as a deliberative system – national or transnational. To substantiate this claim, the article suggests looking at Habermas’ discourse theory in a new light, as a sociological-reconstructive approach that aims to explicate the cognitive dimension of modern democratic decision-making. Acknowledgement of discourse theory’s sociological intent enhances our understanding of democracy as a deliberative system in two important ways. First, it helps elucidate the epistemic meaning of democracy differently from the accounts given in alternative theories. Discourse theory holds that what generates democratic legitimacy in modern democracies is a particular epistemic quality which the democratic process lends to decisions by enabling citizens to view the latter as valid outcomes of a cooperative practice of collective problem-solving among equals. From this pragmatist understanding it follows, second, that the presence of a parliamentary legislature is crucial to the establishment and operation of democracy as a deliberative system. (shrink)

Este trabajo consta de dos partes, ligadas entre sí por el concepto de ciudadanía democrática. La primera intenta diseñar los trazos de un modelo de democracia deliberativa como el más apropiado para encarnar la sustancia misma de la democracia. De ahí que presente el sentido de la democracia deliberativa, sus rasgos, sus ventajas frente a otros modelos, las condiciones de su puesta en marcha, sus límites y el tipo concreto de democracia deliberativa que sería más adecuado y que recibe el (...) nombre de «comunicativa»; todo ello en diálogo con sus principales representantes. La segunda parte aborda la cuestión concreta del lugar de la religión en las sociedades que se autocomprenden como democracias deliberativas, sociedades que cabe entender como seculares, postseculares, o mejor, pluralistas. Entrando en el debate entre los defensores de un espacio público-político y los de una esfera pública polifónica, entre los partidarios de una razón pública secular o pública sin más adjetivos, el trabajo propone un modelo de espacio público-social como lugar de descubrimiento, en que la diversidad de las voces garantiza el respeto a la ciudadanía compleja y posibilita juegos de suma positiva. (shrink)

Reviso tres maneras diferentes como los ideales de la democracia deliberativa han cambiado a la luz de las preocupaciones prácticas sobre su viabilidad, es decir, haciendo cada vez más importante el problema de cómo este ideal puede acercarse a sociedades caracterizadas por profundos desacuerdos, problemas sociales de enorme complejidad e instrumentos inoperantes en sus instituciones existentes. En primer lugar, las teorías de la democracia deliberativa enfatizan el proceso mismo de la deliberación, y no sus condiciones y procedimientos ideales y contrafácticos. (...) En segundo lugar, los demócratas deliberativos se interesan cada vez más en los problemas de la institucionalización, en hacer del voto, la regla de mayorías, la representación, los tribunales y el derecho constitucional, instituciones más deliberativas, en pro de una mayor democracia directa. En tercer lugar, los deliberativistas se ocupan de examinar y comparar los diferentes escenarios y procedimientos de la deliberación, señalando problemas empíricos y obstáculos que no siempre pueden anticiparse al recurrir únicamente a argumentos conceptuales. (shrink)

Este trabajo investiga las capacidades epistémicas de las instituciones democráticas a través de una evaluación de tres modelos epistémicos de democracia: el Teorema del Jurado de Condorcet, el Teorema ‘Diversidad supera Habilidad’ y el modelo experimentalista de Dewey. El modelo de Dewey es superior a los demás en su capacidad de modelar las funciones epistémicas de tres características constitutivas de la democracia: la diversidad epistémica de los participantes, la interacción de la votación con el debate y los mecanismos de retroalimentación (...) como las elecciones periódicas y las protestas. Considera que la democracia es una institución para reunir información ampliamente distribuida sobre problemas y políticas de interés público mediante la participación de conocedores epistémicamente diversos. Las normas democráticas de libre discurso, disenso, retroalimentación y rendición de cuentas funcionan para garantizar el aprendizaje colectivo y con base experimental a partir de las diversas experiencias de los diferentes conocedores. Ilustro estos puntos con un estudio de caso de grupos forestales comunitarios en el Asia meridional, cuyas capacidades epistémicas se han visto perjudicadas por la supresión de la participación de las mujeres. (shrink)

Recently, Margaret Gilbert has argued that it appears that the wisdom of a society impinges, greatly, on its freedom. In this article, I show that Gilbert’s “negative argument” fails to be convincing. On the other hand, there are important lessons, particularly for democratic theory, that can be by looking carefully, and critically, at her argument. This article will proceed as follows. First, I present Gilbert’s argument. Next, I criticize her understanding of freedom, and then, using arguments from Christopher McMahon, criticize (...) her understanding of a wise society. Finally, I discuss how what has been said can inform how one should think about democratic theory. (shrink)