When the original Dutch version of this book was presented in 1971 to the University of Leiden as a thesis for the Doctorate in philosophy, I was prevented by the academic mores of that university from expressing my sincere thanks to three members of the Philosophical Faculty for their support of and interest in my pursuits. I take the liberty of doing so now, two and a half years later. First and foremost I want to thank Professor G. Nuchelmans warmly (...) for his expert guidance of my research. A number of my most im portant sources were brought to my attention by him. During the whole process of composing this book his criticism and encouragement were carried out in a truly academic spirit. He thereby provided working conditions that are a sine qua non for every author who is attempting to approach controversial matters in a scientific manner, conditions which, however, were not easily available at that time. In a later phase I also came into contact with Professors L. M. de Rijk and J. B. Ubbink, with both of whom I had highly stimulating discussions and exchanges of ideas. The present edition contains some entirely new sections, viz. 1-9, IV-29, V-9, V-20, VII-14 (iii), (iv), VII-17 (i), VIII-22, IX-17, IX-19, X-9 and XI-8. Section X-9 was inspired by a remark made by Professor A. (shrink)

La pobreza y la democracia guardan relaciones complejas y ya bastante estudiadas por los científicos sociales. En este artículo no volveré sobre estos enfoques, ni tampoco insistiré en los problemas de gobernabilidad que nacen de la pobreza, sino que presentaré la crítica filosófico-política al ideal democrático que resulta cuando consideramos a la pobreza como privación de libertad individual. A la pobreza se la puede entender desde múltiples perspectivas filosóficas, pero el interpretarla como privación de libertad individual, como lo hace Amartya (...) Sen, la pone en relación directa y problemática con un sistema de gobierno que precisamente hace de las libertades, y de la libertad humana en general, su nervio central. Quisiera sostener que la existencia de la pobreza pone en duda que vivamos en sociedades democráticas porque cuestiona la finalidad y la esencia de estas comunidades, a la vez que les desafía a pensar cómo pueden convertirse realmente en sociedades justas. Comenzaré con una interpretación filosófica de la pobreza a partir de algunas ideas de Sen (sección 1). Seguiré con el análisis de la relación que se podría establecer entre la privación de libertad y la comunidad política según tres filósofos de la tradición occidental: Aristóteles, Baruch de Espinosa y John Locke (sección 2), y terminaré presentando tres desafíos que la pobreza presenta a nuestras democracias (sección 3). (shrink)